Mateo 12:15-21, Marcos 3:7-12
Según Mateo, Jesús se escondía y pedía a la gente “rigurosamente que no lo descubriesen” para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaias. En otras palabras, toda su vida se acomodaba a la Palabra de Dios para darnos un ejemplo de lo que debemos también hacer nosotros, esto es: permitir que las Sagradas Escrituras formen nuestra vida.
Por ejemplo, la Palabra de Dios dice “Exhorta a los siervos (empleados) que se sujeten a sus amos (patrones, encargados, gerentes), que agraden en todo, que no sean respondones” (Tito 2:9) Este texto solamente tendrá efecto si obedecemos y nos acomodamos a lo que dice.
Probablemente seremos criticados por nuestros propios compañeros de trabajo y recibiremos el apodo de “chupa media”, porque esa es la acusación que reciben los que quieren agradar en todo a sus patrones o jefes o maestros. Sin embargo, si a pesar de esto nos mantenemos firmes en obedecer a la Palabra de Dios, se podrá decir de nosotros lo mismo que de Jesucristo: lo que hacía, lo hacía para cumplir las Escrituras.
La caña cascada representa a aquellos que han sido debilitados o quebrantados. No pueden resistir ninguna presión ni pueden soportar ningún peso sin quebrarse. El siervo del Señor no les exigirá lo que no pueden hacer, ni los rechazará por inservibles. El pábilo es el cordón de hilo que está en el centro de la vela, que ha sido puesto para mantener la luz, pero ahora la llama que ardía se apagó, y solo echa humo. En ocasiones una leve brisa puede hacer que se encienda nuevamente. Jesús, como siervo escogido, no quitará ninguna esperanza de aquellos que dejaron de alumbrar y se están apagando.
¿toda Mi vida se acomodaba a la Palabra de Dios?
Jesús Hoy nos deja el ejemplo de un Siervo que agrada a Su Señor
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