octubre 08, 2010

Devocional del 08 de Octubre


Mto.14:13-21, Mrc.6:30-44, Lcs.9:10-17, Juan 6:1-15

Al Enterarce Jesús de la Muerte de Su primo Juan, busco llevar a sus Dscipulos a un Lugar apartado, pero ya dificilmente Jesús podría estar a Solas, Las Multitudes ahora lo buscaban, Juan había cumplido su Ministerio, hizo que el Pueblo conociera a Jesús.

Jesús nos da un Maravilloso testimonio de como sus ojos ven a los Perdidos, El los ve con Compasion. Nosotros los creyentes necesitamos ponernos los lentes de Cristo y ver como el Ve... con Compasión por los Perdidos.

Todo el contexto nos indica que los discípulos no esperaban un milagro de este tipo, y fueron tan impresionados que los cuatro evangelios lo incluyen en forma detallada. La enseñanza que nos deja aquí que cuanto menos se espera algo y ocurre, mayor es el impacto que causa. Este milagro rompió los parámetros normales de siembra, crecimiento, maduración, cosecha, molienda, preparación y horneado del pan por un lado, y por el otro, el proceso de incubación, crecimiento y multiplicación de los peces, y su posterior pesca y cocción. El milagro sobrepasó no solo las leyes de la naturaleza sino las que rigen el tiempo y el espacio. Por eso, los milagros no pueden ser objeto de un análisis o estudio. Y aunque no tienen una explicación racional, no pueden ser negados porque, como en este caso, 5000 personas lo vieron, palparon, comieron y se saciaron.

¿Qué principios de administración eficaz aprendemos aquí?

1. Analizar la situación. “¿de dónde compraremos pan para que coman éstos?” Jesús quería que vean la dimensión del problema.
2. Tener en cuenta los recursos disponibles. “No tenemos sino cinco panes y dos peces” “Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos?” “Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos tomase un poco”
3. Anticipar posibles dificultades. “Entonces Jesús dijo: Haced recostar a la gente” Jesús sabía que podría producirse una avalancha en el momento que comenzara a repartir la comida, por eso hizo sentar a la gente. La mayoría de las catástrofes han ocurrido porque los organizadores no las anticiparon. Pensaron que todo estaría bien, tal vez imaginaron que es lo mismo atender a 10 que a 5000.
4. Organizar el trabajo por grupos. “Entonces dijo a sus discípulos: Hacedlos sentar en grupos, de cincuenta en cincuenta”. Cada discípulo estaba a cargo de 416 personas, para llegar a los 5000. Lo cual era excesivo. Pero al agrupar de 50 en 50, atenderían a 8 grupos cada uno.
5. Cerrar bien el evento. “Recoged los pedazos que sobraron, para que no pierda nada. Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos, que de los cinco panes de cebada sobraron a los que habían comido.” Jesús se preocupó al final de dos cosas: (1) De dejar todo limpio. Los pedazos de pan y pescado que la gente dejó debían ser recogidos. (2) No desperdiciar la comida. El mismo dijo “para que no se pierda nada”. Aunque algo no nos haya costado nada, no por eso debemos dejarlo tirado por ahí. (3) Realizar el trabajo rápidamente: Cuando Jesús comenzó a orar por la comida, el día declinaba, “cuando ya era muy avanzada la hora”, es decir, estaba anocheciendo, y antes que se ponga realmente oscuro, las 5000 personas ya habían comido, se habían retirado y los discípulos pudieron ver bien para recoger los pedazos que sobraron. ¡Esto se llama eficiencia!

Dos grandes lecciones nos deja este relato:
Primero: Se atiende mejor a la gente por medio de los grupos.
Segundo: Solo el pan partido puede ser multiplicado. Los panes y
los peces no fueron multiplicados sino solo cuando fueron
bendecidos y quebrantados en las manos de Jesús. Aquí vemos dos verdades.
(1) Los grupos que no se “parten” no se multiplican. Algunos líderes no quieren partir su grupo para formar otros grupos, porque les gusta estar con mucha gente, pero no se dan cuenta que se están perjudicando ellos mismos.
(2) En segundo lugar: Solo cuando uno es quebrantado, puede multiplicarse en otras vidas. El quebrantamiento deja ver nuestra propia vulnerabilidad y debilidad. El quebrantamiento nos lleva a depender más del Señor que de nuestras propias fuerzas o habilidades.

!!!Lo Ordinario en las Manos de Jesús, se vuelve Extraordinario!!!
No Podemos Estar en Mejores manos

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