Mateo 7:15-20, Lucas 6:43-45
Algunos todavía creen que a los falsos profetas y maestros se los puede identificar por el contenido de su doctrina, y si así fuera, Jesús habría sido más explícito diciendo “por el contenido de sus enseñanzas los van a conocer”. Pero él se refirió a los frutos. Es decir aquello que producen. Los falsos profetas pueden esconderse en una doctrina correcta, en respuestas correctas, en argumentos bíblicos pero con desastrosas consecuencias en los oyentes. Si con su influencia producen divisiones, conflictos entre hermanos, abuso de poder, malas sospechas, perversión, excesivas alusiones al sexo, una conducta relajada en algunos casos y en otras excesivas restricciones, amenazas y opresión, está por demás claro que estamos ante un falso profeta. No fue por casualidad que Jesús haya elegido precisamente a las uvas y a los higos como un ejemplo de buenos frutos en contraste con los espinos y los abrojos. Eligió estas frutas porque son nutritivas, sumamente dulces y agradables en su sabor, como una sugerencia velada de lo que debería ser una vida cristiana plena. La uva como fruto de la vid ha sido utilizada como una figura de bendición, alegría y prosperidad. Jesús mismo se compara a una vid diciendo “Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador”. Los higos, por su parte simbolizaban la paz, la tranquilidad y la prosperidad. “Y se sentará cada uno debajo de su vid y debajo e su higuera, y no habrá quien los amedrente; porque la boca de Jehová de los ejércitos lo ha hablado.” (Miqueas 4:4) Debemos recordar también que Adán y Eva se cubrieron con hojas de higuera y que el rey Exequias fue sanado de una enfermedad mortal con una pasta de higos, para indicarnos que cubrir la vergüenza de otros y sanar es también un buen fruto. Los espinos y abrojos, por su parte, son un símbolo de la maldición de Dios: “...maldita será la tierra por tu causa...espinos y cardos te producirá...” (Génesis 3:17-18) El abrojo es perjudicial para los sembrados. El resultado de la influencia de algunos será siempre el dolor y el sufrimiento. Dios compara a los rebeldes con “zarzas y espinos” “Y tú, hijo de hombre, no les temas, ni tengas miedo de sus palabras, aunque te hallas entre zarzas y espinos...no tengas miedo de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son casa rebelde.” (Ezequiel 2:6) También en la Biblia se identifica a los perversos con los espinos (Proverbios 22:5)En realidad no pueden producir ni uvas ni higos porque su naturaleza es distinta. Jesús dijo que el árbol malo no puede dar buenos frutos, por más que lo intente. Todo lo que sale de él será malo. La única manera que produzca buenos frutos es cambiando su naturaleza o su estructura genética: convirtiéndose en una vid o en una higuera. Solo una genuina conversión puede cambiar la naturaleza, y esto es solo por el milagro de la salvación. "Cuidate Con Los Falsos maestros"Examina que frutos esta Produciendo.
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