Mateo 6:5-15
El Diccionario de la Real Academia Española define la palabra “hipócrita” como: “El que finge o aparenta lo que no es o lo que no siente. Dícese comúnmente del que finge virtud o devoción”.
Cuando Jesús dijo que no seamos o no oremos como los hipócritas, advirtió a sus discípulos que no se hagan los espirituales. Es decir, que no oren para impresionar a los que escuchan la oración, porque esa oración no va dirigida a Dios. En realidad, el que ora para que la gente tenga una buena opinión de él o el que ora “dando palos” e indirectas, es un hipócrita, porque finge que ora, pero en realidad no lo hace.
Por supuesto, debemos orar en público. Jesús oró muchas veces delante de las multitudes y de pequeños grupos, y sus discípulos siguieron su ejemplo, por lo tanto está claro que él no está descalificando este tipo de oración sino la mala motivación que los hacía orar de esta manera. Ellos, los hipócritas, “aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles para ser vistos de los hombres”. Las oraciones de Jesús en público eran muy breves, pero en privado, cuando nadie lo veía, se pasaba toda la noche orando. Nuestra vida secreta de oración tiene que ser mayor y más extensa que la que hacemos cuando otros nos ven u oyen.
Jesús no se opone a que repitamos nuestra oración, ya que él mismo, cuando estuvo en el huerto de Getsemaní repitió tres veces la misma oración: “Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras” (Mateo 26:44), pero sí nos advierte severamente que no seamos como los paganos “que piensan que por su palabrería serán oídos”. Debemos notar que Jesús no está en contra de la repetición de la oración sino del empleo de las vanas repeticiones. En el idioma griego se utiliza la palabra (battalogésete) que significa “repetir palabras sin sentido, parlar” “parlotear sin medida” o como traduce la Versión Popular “no repitas palabras inútiles”.
En esta oración Jesús presentó 6 temas de oración. Los tres primeros están orientados a los intereses de Dios, y los tres restantes a los nuestros. En realidad es un bosquejo de oración que nos enseña que aun cuando oramos debemos buscar “primeramente el reino de Dios y su justicia” eso significa que primeramente debemos:
1.Separar” o “santificar” el nombre de Dios: Comenzar el tiempo de Oración con alabanzas al Padre Celestial.
2.Rogar por la venida y el establecimiento de su gobierno : Aquí habla de su reino Milenial prometido a Israel, los Santos que vivan en la tribulación oraran con fervor estas palabras. Lógicamente al orar así hoy día, primeramente estoy pidiendo la venida de Cristo por su iglesia, que es el acontecimiento previo a la tribulación.
3.Anhelar y pedir que su voluntad se realice en la tierra como se está realizando en el cielo: Someter mi Voluntad a la suya, la Oración no es para torcerle el brazo a Dios, es clamar para que se cumpla su Voluntad.
Y recién entonces, debemos pedir por nosotros y nuestras necesidades:
(1) Sustento “pan nuestro” : Jesús implícitamente nos anima a dedicar tiempo para orar de mañana, ya que
esta oración tarde en al Noche no tendría sentido.
(2) Perdón : Aquí se aplica nuevamente la regla de Oro, si quieres ser Perdonado por Dios, Practica en tu vida el Perdón.
(3) Lejanía de la tentación : Si hay alguien que tiene poder para ayudarnos en nuestros momentos de debilidad es Dios, suyo es el Reino el Poder...Demosle Gloria.
Isaías 59:1-2 dice “He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.” Si queremos una respuesta de Dios, debemos asegurarnos primeramente que hemos perdonado de corazón a los que nos hicieron algún mal y que también hemos sido perdonados por Dios.
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